De oro no tuvo nada: 25 empresarios paisas cayeron en megaestafa que los dejó en ceros

Más de 25 empresarios antioqueños fueron estafados en un negocio de oro. Perdieron todo y hoy enfrentan amenazas, incluso del Clan del Golfo.
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Lo que pintaba como el negocio perfecto terminó siendo una pesadilla. Más de 25 empresarios antioqueños perdieron todo en una estafa millonaria con oro, que hoy se mueve entre el fraude internacional y amenazas de estructuras criminales. Algunos terminaron en clínicas de reposo, otros con sus familias en crisis, y varios han sido intimidados por oficinas de cobro que, según ellos, estarían ligadas al Clan del Golfo.

La historia comenzó con Rodrigo Rojas, un mecánico de motos que ahorró durante 30 años y decidió invertir en oro con su amigo Andrés Felipe Arango, quien decía tener experiencia en el negocio. Andrés compraba oro a pequeños mineros, lo legalizaba y lo vendía a través de su empresa Global Handing, supuestamente al Banco de la República.

Rodrigo se metió al negocio, vio cómo funcionaba y empezó a recibir rentabilidad mensual. Todo parecía legal: documentación bancaria, protocolos Sarlaft, pagos en efectivo. El voz a voz hizo lo suyo y más personas se sumaron, incluyendo Jorge Arango y sus hermanas, quienes decidieron bancarizar la operación y crear una empresa llamada Inverco para blindar la inversión.

Pero el castillo se empezó a desmoronar. La operación creció, se sumó una empresa internacional (Quantum LLC-USA), y dejaron de vender al Banco para exportar oro a Estados Unidos y Francia. Lo que parecía éxito era en realidad una red de mentiras, deudas ocultas y fraude.

Hoy, los afectados reclaman más de 6.300 millones, aunque el hueco real podría superar los 45.000 millones de pesos. La historia sigue en desarrollo, pero lo que está claro es que el oro no siempre brilla, y que muchos empresarios paisas están pagando muy caro por confiar.