Detrás del micrófono y los escenarios, hay una mujer real, poderosa y llena de sueños: Verónica, conocida artísticamente como Vbast, es una artista de Marinilla que a sus 27 años no solo canta, sino que también emprende, inspira y representa con orgullo a su tierra. Mamá de un niño de 10 años, extrovertida, apasionada y echada pa’lante, Vbast es el claro ejemplo de que el arte también es empresa.
Desde chiquita la música fue su parche. Cantaba por hobbie, sin imaginar que ese talento que su familia y amigos tanto le celebraban, se convertiría en su proyecto de vida. “Me lancé con miedo, pero fue de las mejores decisiones que he tomado”, cuenta con una sonrisa que se nota hasta por mensaje de voz.
Hoy, su voz no solo suena en eventos y conciertos, también se ha convertido en una marca con la que muchas personas se sienten identificadas. Para ella, el arte no es solo cantar: es conectar, sanar, inspirar. “Me gusta cantar sobre lo que vivimos, sobre lo que sentimos. Ser esa voz que otros necesitan para sentirse escuchados, sin prejuicios”.
Pero no todo ha sido fácil. Uno de los retos más grandes ha sido encontrar espacios para mostrar su música en Medellín y el Oriente. Aun así, no se rinde. Con disciplina, un equipo que rema con ella y una visión clara, Vbast sigue creciendo. Usa las redes sociales como aliadas, crea contenido, lanza música y mantiene viva su esencia.
¿Su mensaje para quienes aún dudan que el arte también es emprendimiento? “Que se lo crean. Que lo trabajen como la empresa que merece ser. El miedo no puede ser más grande que las ganas”.
Y cuando le preguntamos dónde sueña verse en unos años, no duda: “En todo el mundo. En teatros, estadios, televisión… pero también ayudando a los más vulnerables, creando espacios creativos, becas, educación. Porque el arte también transforma”.
Desde Marinilla para el mundo, Vbast es más que una artista: es una fuerza creativa que representa lo mejor del talento local. Y aquí estamos para contar su historia, porque apoyar lo nuestro también es visibilizarlo.
