Desde el 29 de diciembre de 2025, los tradicionales carruajes tirados por caballos dejarán de circular en el Centro Histórico de Cartagena de Indias, según lo decretado por la Alcaldía bajo el liderazgo del alcalde Dumek Turbay Paz. Esta medida, formalizada en el Decreto 2296 de 2025, busca poner fin a la tracción animal en la zona amurallada y redefinir la experiencia turística en la ciudad patrimonio de Colombia.
La decisión se da en paralelo con la llegada e implementación del primer lote de coches eléctricos que reemplazarán a los tradicionales carruajes con caballos. Estos vehículos, que suman hasta un máximo de 62 unidades autorizadas, serán regulados por el Distrito y equipados con tecnología como paneles solares y terminales para facturación electrónica, garantizando un sistema turístico más moderno y sostenible.
De acuerdo con la Alcaldía, la prohibición “bajo cualquier concepto o finalidad” de las carrozas de tracción animal responde tanto a criterios de bienestar animal como a la visión de una movilidad sostenible y un turismo que respete los derechos de los seres sintientes. La normativa fue complementada con medidas que impiden la operación de vehículos no autorizados o ‘piratas’ y busca proteger a los cocheros tradicionales dentro de una transición técnica y ordenada.
Aunque la medida ha sido respaldada por activistas y defensores de los animales, algunos miembros del gremio de cocheros han expresado su inconformidad por no haber sido plenamente consultados durante el diseño del plan de transición. Sin embargo, el Distrito ha anunciado que los mismos cocheros podrán conducir los nuevos coches eléctricos, reconociendo su papel histórico en el sector turístico cartagenero.
Con esta transformación, Cartagena se suma a una tendencia de ciudades que abolirán la tracción animal en espacios públicos emblemáticos, fortaleciendo no solo la protección de los animales, sino también un modelo turístico más responsable y adaptado a las exigencias ambientales actuales. La inversión en estos vehículos y su infraestructura representa un paso significativo hacia la modernización de la ciudad y la dignificación de una actividad histórica.



