Este 4 de septiembre de 2025, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá activó una nueva fase del proyecto RedRío, con un monitoreo riguroso en 42 puntos clave del río Aburrá-Medellín y sus quebradas tributarias, con el fin de diagnosticar el estado actual del recurso hídrico.
De estos puntos, 14 están localizados directamente en el cauce principal del río, y los 28 restantes en quebradas como La Iguaná y La García, evaluadas en sus tramos alto, medio y bajo para tener una visión completa del ecosistema fluvial.
Durante esta jornada, técnicos examinaron 36 parámetros, incluyendo agentes contaminantes, efluentes domésticos e industriales, y ellos permiten reconocer sectores vulnerables del río. Con estas variables, se generan índices de calidad del agua, lo que facilita la comparación con mediciones anteriores.
Además, se realizaron análisis hidrobiológicos, donde se recolectaron organismos acuáticos —indicadores naturales de salud ecológica— para evaluar la vitalidad de los ecosistemas asociados.
Según el subdirector ambiental del AMVA, Alejandro Vásquez Campuzano, esta información es clave para:
• Identificar sectores críticos con mayor contaminación.
• Evaluar tendencias y avances históricos.
• Apoyar la toma de decisiones ambientales, de vigilancia y territorial.
Cabe destacar que esta fue solo la primera de dos campañas de monitoreo previstas para 2025 —la segunda se llevará a cabo en octubre, coincidiendo con la temporada de lluvias—, para analizar posibles variaciones derivadas del clima.
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