La reforma tributaria que propone el Gobierno podría dejar a muchos sin su tradicional guaro. ¿La razón? El IVA pasaría del 5% al 19% para bebidas alcohólicas como el aguardiente y el ron, lo que dispararía los precios y pondría en aprietos a las licoreras regionales.
Desde la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), su gerente Esteban Ramos Maya explicó que una botella de 750 ml que hoy paga $17.500 en impuestos, pasaría a pagar $33.300. Eso significa que el Aguardiente Antioqueño, que hoy cuesta unos $40.000, podría subir hasta $65.000. ¡Un golpe duro al bolsillo y al brindis!
“La gente tendrá que buscar alternativas”, dijo Ramos, preocupado por el impacto en ventas y el riesgo de que aumente el contrabando y el licor adulterado.
Desde la Industria Licorera de Caldas (ILC) también prendieron las alarmas. Su gerente, Diego Angelillis, fue claro:
“El efecto sería devastador. Nos sacaría del mercado y estimularía el contrabando, afectando los ingresos para salud y educación”.
Y no solo las fábricas están preocupadas. Dislicores, una de las distribuidoras más grandes del país, advirtió que el aumento del IVA y del impuesto al consumo afectaría directamente al consumidor.
“La gente va a cambiar productos de calidad por opciones más baratas, y eso puede traer riesgos de seguridad y salud”, dijo Luz María González, vocera de la empresa.
¿Qué tanto se vende el guaro?
El aguardiente es uno de los licores más populares del país. En 2024 se vendieron más de 95 millones de botellas, siendo el Antioqueño el líder con 60 millones, seguido por el Amarillo de Manzanares (13 millones), el Blanco del Valle (9,8 millones), Néctar (7 millones) y el Caucano (3,1 millones).
Todas estas marcas podrían ver una caída en sus ventas si el precio sube más del 60 %, como advierten los empresarios.
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