La Dimayor confirmó sanciones importantes contra Deportivo Independiente Medellín (DIM) y Atlético Nacional por los graves desmanes que se registraron durante la final de vuelta de la Copa BetPlay DIMAYOR 2025, disputada en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín. En esa final, sectores de hinchas de ambos equipos protagonizaron actos de violencia que incluyeron lanzamiento de objetos, invasión al terreno de juego, enfrentamientos con la fuerza pública y uso de artefactos inflamables, lo que no solo alteró el desarrollo normal del encuentro, sino que también impidió la ceremonia de premiación y dejó decenas de personas heridas.
De acuerdo con la Resolución 134 de 2025 del Comité Disciplinario, el DIM recibió la sanción más severa por su condición de club local y por las deficiencias en las medidas de seguridad adoptadas, a pesar de las advertencias policiales sobre reforzar los controles en tribunas consideradas de alto riesgo. El club tendrá que cumplir seis (6) fechas de suspensión total de la plaza en competencias oficiales de Copa Colombia durante 2026, lo que significa jugar esos partidos sin público en cualquier estadio donde actúe como local, además de pagar una multa de $3.914.625 pesos.
Atlético Nacional, por su parte, también fue sancionado aunque con un castigo menor en cuanto a fechas: deberá cumplir tres (3) fechas de suspensión total de la plaza en la Copa Colombia 2026, igualmente sin público, y pagar la misma multa económica de $3.914.625 pesos. Esta medida responde a la responsabilidad atribuida a su afición por conductas impropias durante el mismo partido, pese a que el club actuó como visitante.
Las sanciones impuestas por Dimayor buscan enviar un mensaje claro contra la violencia en los estadios del fútbol colombiano y promover la convivencia y la seguridad en los eventos deportivos. Tanto el DIM como Nacional tienen la opción de apelar estas decisiones ante la instancia correspondiente, pero mientras se define su eventual recurso, deberán cumplir con las medidas disciplinarias establecidas.
Los hechos ocurridos en el Atanasio Girardot marcaron una jornada complicada para el fútbol nacional: lo que debía ser una celebración deportiva terminó empañado por confrontaciones que dejaron un saldo de heridos entre asistentes y miembros de la fuerza pública, además de generar un intenso debate sobre la responsabilidad de clubes, organizadores y autoridades en el control de los hinchas y la seguridad de los partidos.



